Jejejé, Hermanito, Jejejé. |
La premisa de que un joven humano, acompañado de una princesa toda dulzura y de un animal flexible como el caucho me recordó inevitablemente a Ahí viene Cascarrabias, Here comes The Grump.
Aquella producción de Depatie-Freleng utilizaba elementos semejantes (conste, no dije ni que es igual una de la otra, ni que es una copia ni nada por el estilo), o que al menos recuerdan a un anticuario como quien esto escribe a tal viejo programa animado.
En aquella pieza de museo, un joven llamado Terry Dexter acompañaba a la Princesa Amanecer y a Bip, una mascota que solía aplastarse y estirarse a voluntad, en la búsqueda de una llave con la que podría rescatar a los habitantes de un reino de un sueño perpetuo. Al acecho de los héroes se encontraba el mismísimo Cascarrabias, una variedad de Yosemite Sam (o Sam Bigotes, si prefieren) que montaba un dragón con un catarro incendiario. Todos estos personajes recorrían reinos creados presumiblemente por escritores expuestos a alucinógenos. Muy lisérgico el asunto.
¿Si Here Comes The Grump ya era una caricatura en ácido, Adventure Time es la versión en drogas de aquel viaje en LSD?
Vale decir que dadas las décadas que nos separan del estreno del asunto éste de Cascarrabias es muy probable que un adolescente contemporáneo se de una total aburrida viéndolo. Los jóvenes muy probablemente jamás han lo han visto y carecerán de un vínculo siquiera de nostalgia y seguro no le encontrarán demasiado interés. Y para colmo con lo que los comparamos es una gran obra...
Vean un fragmento de aquel viejo programa.
¿Cómo la ven?
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