Nunca fui tan aficionado a Los Polivoces, ese equipo de comediantes integrado por Enrique Cuenca (ya fallecido) y Eduardo Manzano, transmitido originalmente en el canal 2 de Telesistema Mexicano (ahora Televisa) y que ha contado con una exhibición en otros canales de televisión abierta y, en años recientes, en un canal de televisión restringida que se llamó Cásico TV y ahora es conocido como Distrito Comedia. Su programa me parecía un tanto tedioso, y lo considero irregular en el sentido de que por cada chiste realmente gracioso seguían muchos otros menos logrados. Sus skits a veces se alargaban mucho, aunque eso es más bien una cuestión de costumbre: en la televisión actual ya no se usan escenas o segmentos tan prolongados.
Creo que el éxito de muchos buenos programas es que, además de tener protagonistas de reconocido talento y capacidad, se allegan actores de reparto que dan pie a grandes momentos humorísticos. No es éste el caso: tal parecía que buscaban comparsas ("patiños" se les conoce en México) de poca o nula brillantez, que no fueran a opacar a las estrellas, y entonces la calidad del programa en su conjunto descendía. Y no me refiero, claro, al brillante "Bigotón" Castro, sino a Jorge Zamora "Zamorita" (víctima de una cantidad de chistes racistas que harían ruborizar a cualquiera en estos tiempos) y a un señor al que apodaban "Reintegro" que era un plomo en escena, y que más que darles la réplica funcionaba como una víctima a modo, dispuesta a la humillación. Lo cual no es tan humorístico en realidad si se piensa detenidamente.
Pero los aciertos estaban presentes sin duda, y no se puede desdeñar el que la comedia que brindaban era accesible para todo público, y hay momentos que se le fueron grabando indiscutiblemente. Por decir uno sólo, la gente está más familiarizada con la imitación que Cuenca hacía de Pedro Ferriz que con el propio periodista y conductor; o el acento que se atribuye a Pedro Armendáriz y que es más cercano al del Agallón Mafafas, Zorro del Desierto de Lo Leones.
Un problema que se encuentra al ser visto este programa por una audiencia contemporánea es el del marco de referencia que ya no se comparte. Cuando se aludía ahí a personajes del medio de la farándula los espectadores de entonces sabían inmediatamente de quienes se trataba, pero ahora tales alusiones pasan muy por encima, al grado tal de que muchas imitaciones ya no se pueden apreciar dado que se desconoce como eran los originales. ¿Qué menor de 25 años ha oído hablar de Demis Roussos, de Feyove o de El Charro Avitia?
Oh, y ese conservadurismo diazordaciano tan presente en la caricatura de los jóvenes que presentaban con "Armándaro Valle de Bravo", que, por otra parte, estaba muy acorde (¿en onda?) con el pensar de algún segmento del público de aquellos tiempos, pero que para una mirada de hoy parecerá de seguro chirriante y maliciosa.
Esos elementos estaban presentes en la segunda etapa de este programa, filmada a colores y que fue objeto de repeticiones constantes desde los años 70s hasta la actualidad, lo que le ha conferido el nivel de clásico. Hubo otras épocas de "Los Polivoces", pero la que más se recuerda es la que se produjo al tiempo de la conformación de Televisa, después de la fusión de Telesistema Mexicano y TIM, reconocible por los créditos que mostraban a este par de exitosos cómicos mexicanos, caracterizados como sus más exitosos personajes, en varios puntos del Paseo de la Reforma.
El tema musical que se empleaba como fondo es "What a Groove" del maestro ya desaparecido Barry White, incluido en su album de 1974 Rapsodhy in White, y que un servidor y los amables amigos de Youtube les compartimos:
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